lunes, 29 de marzo de 2010
Discurso póstumo
Lo han dicho todos. Lo han visto. Han sentido como el tiempo pasar. Vieron romperse la taza. Desgajarse en añicos la porcelana frágil de la vida. La taza que sus manos abrazaron, manos frias que buscaban el calor de lo inanimado. Calor que nunca hayó.
Volvimos borrachos. La poesia despertaba entre las sábanas su nocturno enredo de seducciones. Su eterno juego de embolos, como dijo el poeta, su tormento fantasmal.
La mesa. En la mesa aún estaba aquella rosa maquillada de champán. Una rosa anaranjada, inholora. Mi rosa.
Rodeamos el salón entre focos que hacían despertar una imaginaria aurora, falsa, en el cristal de la mesa. En el cristal de la mesa, sí ahí, cortada por una mano que me avisaba, descansaba la flor. Alerta.
Todos estaban dentro de la casa. Ya era tarde....
Noches. Ya se han confundido todas. Innumerables noches, olor de cigarro, sueños violados, gritos de niños. El deseo de tenerse uno mismo. Él mismosin tenerse.
Se acaba el tema. Decir que después de subidas las escaleras, atravesada la penumbra del abandono de una casa por un adolescente, las palabras se acabaron. Solo se oyeron los sinrazones de las hojas de la palmera al otro lado de la ventana. Las constantes mareas de un pecho joven que seguia la luna de mis ojos. El tema terminado...la vida que expira su ultimo poema...la llamada.
Cuando sonó el teléfono, nunca pude imaginar hasta qué punto se romperían aquellas burbujas de jabón que fuimos inflando durante la noche. Imaginé que podría ser Marta buscando el perdido camino para llegar a la casa, vi a Silvio llamando enfurecido por ponerle los cuernos, supuse que hasta mi jefe podría incordiarme con un encargo más para Tenia d´Ellenn... pero nunca, oiganlo bien NUNCA, imaginé la noticia de su muerte tras la interrupción de un coito a media noche.
Escuché derrumbado sobre su pecho la noticia. Mi mano buscó consuelo en la entrepierna del muchacho, entre los rizos del nuevo día, los rizos de las nubes que pintó el viento...
Bajé las escaleras lentamente, rodeado de frenéticos gemidos y movimientos familiares... las copas vacías en el suelo empapado de ropas... las paredes sudando de músicas gélidas. Abrí la boca para soltar un grito pero en ese preciso instante unos labios mordieron los mios, una lengua busco el secreto de mi grito interrumpido en la profundidad de mi garganta, entonces entendí.
Recordé el rostro de aquella mujer que me había enseñado todo, que me había dato todo menos la vida, esa que imaginó ser mi madre, esa que para mí lo fue. Agarre el cuerpo que me besaba, poco me importaba quien era, no recuerdo si toque unos pechos de mujer o si una barba de dos días me raspó la cara, olvidé lo que palpé entre sus piernas... ahora yo era el heredero de la familia. El privilegiado, una de las personas más importantes del país que se entregaba al abrazo de un desconocido/a... que sucumbia al placer del sexo a ciegas. Yo que quice llorar su muerte...
viernes, 26 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
Yncrucijada
A MGP
Mi boli verde se ha quedado sin tinta. Lo tiro. Imaginar que tanto amor abortado en dos o tres renglones imaginarios lo ha desmentido todo, me estremece. Pensar que su nombre, que sonaba a marinerito y a rutina higuiénica, haya causado tantos baches en mis espinados sentimientos, que haya despertado eso infernales latidos tras este pecho blanco, flacido y vacío; me estremece aún más.
Lo imagino bailando un tango de Gardel, agarrado a la cintura blanda de alguna muchacha de ojos chispeantes. Muchacha que no se imagina, que él piensa en su hombre mientras la sujeta, mientras le desliza un pie entre los suyos, mientras la hace sentir... No sabe, pobre, que a cada compás de guitarra, a cada latido de las congas, a cada acorde nostálgico de un jaz al piano; él recuerda un beso salado de tabaco y madrugada, que su hombre le ofrece de forma nueva, a modo de buenos días.
Amanece, se podría hablar de dos escenas diferentes:
La primera, la de una romántica albada, en este caso de dos Romeos o dos Calistos, que huyen a la esclavitud del día a día que atormenta. Ristringiendo el milagro, para algunos antinatural, de amor entre iguales.
La segunda escena, podría ser la de un cuerpo desnudo que alarga su mano para aporrear a tientas el despertador del móvil. Luego, cogerlo quedándose dormido con él aferrado en la mano. Él y el móvil, a solas en la esquina. Luchando contra sueño, abandono, soledad y orgullo, que solo se refleja en la desnudez inevitable de las primeras horas del inciero día.
Si se nos antoja y damos rienda suelta a la imaginación... claro está, si disponemos de tiempo y ganas. Podríamos leer, escribir o escuhar, depende de quien seamos, que estos dos personajes aparentemente contradictoriso y opuestos, salen a la cinta transportadora de la acera. Tal vez dirigiéndose al trabajo, la universidad o el instituto... como más guste, orgullosos y precavidos. Vestidos impecablemente de la ordinariés que alguien ha llamado Zara o Springfiel, por ejemplo, o cualquier otro nombre patético que da lugar a todo este mundo de la belleza interior.
Así pues, cada uno se dirige, con cascos, bandolera, mal humor, café en el estómago y prisa a aquel lugar que a diario reclama su presencia y ellos odian. Aquel lugar en el que se ven a diario. Se escrutan las ropas sabiendo dónde fueron compradas e incluso a qué precio. Intuyendo el humor de cada uno de sus compañeros e ignorando el suyo propio. Sospechando de la sospechosa mirada que acaban de lanzarse. Bajando la vista el uno y frunciendo el entrecejo el otro, dibujan un rápido esquema de la situación del día y proceden cordial y mutuamente a ignorarse. Buscando cada uno su amor platónico, ya sea en la imaginación o en la vicía cama... amor que no es presente.
La verdad es que la ignorancia, es tal vez fruto del orgullo, la falta de atención y los prejuicios. Tal vez, el acto de hacerlo, de ignorar a diario sea la peor trampa que uno mismo pueda hacerse. Es más, ignorar, es tan solo privarse del momento y las circunstancias que este te brinda, y tal vez del futuro que te espera.
Es decir, todo estaba preparado, ese mismo sábado debíamos ir al Puerto y bailar salsa hasta caernos del cansancio y emborracharnos hasta que todo lo que se escurria por el corazón aflorase, pero no, nos ignoramos. Podríamos estar en el sofá de casa, mirando una peli acurrucados en un abrazo que jamás olvidaríamos, pero no, nos ignormaos. O podríamos estr haciendo el amor como dos bestias, o que él nos hiciese serlo, pero no, nos ignoramos...
De todas formas ytras tirar el segundo boli, esta vez negro; creo que todo termina tarde o temprano. Ocurre o no ocurre. Habla o se calla. Nace o se aborta. Y en este caso fue abortado, ese niño sietemesino lleno de vida y esperanza, ese niño llamado pasíón, ha muerto. Ese bonsai de sueños, regado con lágrimas y desnudez matutina, ya no existe... Ahora ese esperma único, que por primera vez en la historia ha concebido vida, descansa entre la ortiga seca del jardín. Duerme el verso, la sombra, los nombres y el sentimiento entre las oxidadas piedras que abordamos con palabras y desiciones. La vida...
sábado, 6 de marzo de 2010
Una sorprendente obra en la que podremos encontrar los rostros más famosos. Lo que tal vez no puedas explicarte es, qué hacen todas estas personas compartiendo mesas, conversación y lienzo...
Discussing the Divine Comedy with Dante
Discussing the Divine Comedy with Dante
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