miércoles, 17 de marzo de 2010

Yncrucijada





A MGP


Mi boli verde se ha quedado sin tinta. Lo tiro. Imaginar que tanto amor abortado en dos o tres renglones imaginarios lo ha desmentido todo, me estremece. Pensar que su nombre, que sonaba a marinerito y a rutina higuiénica, haya causado tantos baches en mis espinados sentimientos, que haya despertado eso infernales latidos tras este pecho blanco, flacido y vacío; me estremece aún más.
Lo imagino bailando un tango de Gardel, agarrado a la cintura blanda de alguna muchacha de ojos chispeantes. Muchacha que no se imagina, que él piensa en su hombre mientras la sujeta, mientras le desliza un pie entre los suyos, mientras la hace sentir... No sabe, pobre, que a cada compás de guitarra, a cada latido de las congas, a cada acorde nostálgico de un jaz al piano; él recuerda un beso salado de tabaco y madrugada, que su hombre le ofrece de forma nueva, a modo de buenos días.

Amanece, se podría hablar de dos escenas diferentes:
La primera, la de una romántica albada, en este caso de dos Romeos o dos Calistos, que huyen a la esclavitud del día a día que atormenta. Ristringiendo el milagro, para algunos antinatural, de amor entre iguales.
La segunda escena, podría ser la de un cuerpo desnudo que alarga su mano para aporrear a tientas el despertador del móvil. Luego, cogerlo quedándose dormido con él aferrado en la mano. Él y el móvil, a solas en la esquina. Luchando contra sueño, abandono, soledad y orgullo, que solo se refleja en la desnudez inevitable de las primeras horas del inciero día.

Si se nos antoja y damos rienda suelta a la imaginación... claro está, si disponemos de tiempo y ganas. Podríamos leer, escribir o escuhar, depende de quien seamos, que estos dos personajes aparentemente contradictoriso y opuestos, salen a la cinta transportadora de la acera. Tal vez dirigiéndose al trabajo, la universidad o el instituto... como más guste, orgullosos y precavidos. Vestidos impecablemente de la ordinariés que alguien ha llamado Zara o Springfiel, por ejemplo, o cualquier otro nombre patético que da lugar a todo este mundo de la belleza interior.
Así pues, cada uno se dirige, con cascos, bandolera, mal humor, café en el estómago y prisa a aquel lugar que a diario reclama su presencia y ellos odian. Aquel lugar en el que se ven a diario. Se escrutan las ropas sabiendo dónde fueron compradas e incluso a qué precio. Intuyendo el humor de cada uno de sus compañeros e ignorando el suyo propio. Sospechando de la sospechosa mirada que acaban de lanzarse. Bajando la vista el uno y frunciendo el entrecejo el otro, dibujan un rápido esquema de la situación del día y proceden cordial y mutuamente a ignorarse. Buscando cada uno su amor platónico, ya sea en la imaginación o en la vicía cama... amor que no es presente.

La verdad es que la ignorancia, es tal vez fruto del orgullo, la falta de atención y los prejuicios. Tal vez, el acto de hacerlo, de ignorar a diario sea la peor trampa que uno mismo pueda hacerse. Es más, ignorar, es tan solo privarse del momento y las circunstancias que este te brinda, y tal vez del futuro que te espera.
Es decir, todo estaba preparado, ese mismo sábado debíamos ir al Puerto y bailar salsa hasta caernos del cansancio y emborracharnos hasta que todo lo que se escurria por el corazón aflorase, pero no, nos ignoramos. Podríamos estar en el sofá de casa, mirando una peli acurrucados en un abrazo que jamás olvidaríamos, pero no, nos ignormaos. O podríamos estr haciendo el amor como dos bestias, o que él nos hiciese serlo, pero no, nos ignoramos...
De todas formas ytras tirar el segundo boli, esta vez negro; creo que todo termina tarde o temprano. Ocurre o no ocurre. Habla o se calla. Nace o se aborta. Y en este caso fue abortado, ese niño sietemesino lleno de vida y esperanza, ese niño llamado pasíón, ha muerto. Ese bonsai de sueños, regado con lágrimas y desnudez matutina, ya no existe... Ahora ese esperma único, que por primera vez en la historia ha concebido vida, descansa entre la ortiga seca del jardín. Duerme el verso, la sombra, los nombres y el sentimiento entre las oxidadas piedras que abordamos con palabras y desiciones. La vida...

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