jueves, 5 de abril de 2012

El Borracho


Yo le robé la consonante final del nombre. Es demasiado sencillo, todo, incluso él lo entendió a la primera. Era el segundo apóstol, el que nunca me conoció, el médico, el obsceno, el demasiado imaginativo (perversamente) para semejante religión: baile de hipócritas.
La historia se resume en dos frases: " Lee algo guarrote…" " Tienes que seducirme…" Punto. Yo no he dicho nada.

Lo quiero, si. Lo quiero como se quiere un algodón de azúcar cuando se tiene cinco años y la boca demasiado pequeña. Lo quiero como se quiere un alivio matutino bajo el infierno de la ducha. Lo quiero como mero entretenimiento en tardes puñeteramente aburridas. Lo quiero como se quiere una canción para pensar en nada. Lo quiero para sentirme mas mujer y hombre y viceversa. Lo quiero para que se sienta mas hombre y mujer y mas…y mas… y mas…
Lo quiero en gemidos, en bofetadas, en cuerpos sucios escrutados por la noche, lo quiero bajo un san sebastián celoso, lo quiero en las manos, en los ojos, en la boca, entre las piernas, solo eso. Lo quiero como se quiere a un animal ajeno. Lo quiero de rodillas, como perro de nadie, como imposible misión, como enfado. Lo quiero con su lista de mujeres violadas, y que me relate sus paraísos lejanos entre las sábanas del viernes. Solo lo quiero para follármelo, para que me folle.

Yo no tengo tetas, solo un vacío. Mi g está demasiado lejos y desgastado, así que no lo busques, que solo la tinta (me) entiende de vuelos. Pero os prefiero tildados por sistema: esdrújulos. Lejanos y despreocupados, siempre y cuando el silencio haga justicia. Nunca había pedido que me cosieran la boca por un silencio en la cama, pero como es tuyo… haz lo que quieras.

Tienes razón: "Y el borracho aprovecha". A que nunca pensaste que serías objeto de uno? Tu tampoco tienes tetas. Pero todo fue el tequila, y las ganas, y la espera, la sorpresa, el cansancio, esta formalidad tan puta y aburrida, este ensimismamiento en vosotros mismos: el sexo anal a solas… y todo por el silencio! el maldito silencio! Pero me gusta…

Hubo un punto crítico, o mas bien momento: Rúa Mayor, frente al portal enorme, muy tarde ya… después de meternos entre pecho y espalda alguna porquería mal hecha del "Leonardo" (creo que se llamaba así) regado todo ello de cocacola, soledad en el caso de algunos, mala leche y que Lorca era de derechas (risas internas por mi parte). En fin que yo ya me iba y entonces alguien que grita… ¿pero tu no esperas, joder…? el resto supongo que lo conoces. Revelador, no se, morboso, raro…sí. El error: no haberte violado en ese 55 de la Rúa. Qué coño más da… que se enterase el mirón del hostal y la vieja del 1C. Sí, hasta los maricones mas insomnes nos controlamos a veces. Imbéciles!

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