viernes, 29 de junio de 2012

El siguiente...


Yo me quedo con los lunares desangrados,
con un Oviedo manchado de personas grises,
con las lucanares pendientes en mi casa,
con las mañanas de word en las rodillas
llenándose de tus letras,
con la Torre del Gallo como logotipo
de promisquidad (inexistente) salmantina.

Yo me quedo con el tacto olvidado de tus manos,
con la flacidez que prometen todos los fracasos,
con la artificial incertidumbre de los tuenti,
con el apuro de bajarme a tiempo de semejante vieaje.

Yo me quedo con mil inexistentes probabilidades de reencuentros,
con negros frigoríficos apagados como cofres de perdidos sueños,
me quedo con el placer de no hablarte, de la hierva en Anaya,
y el pasar, sin más, de una más de tus historias.

Yo me quedo con la improbabilidad de erecciones en futuro,
con el contacto frio de pie y mármol en mi cara,
con este placer presente de escribirte con miedo,
de recordarte vestido de cintura para abajo,
con la satisfacción de no poder cambiarte;
y dejemos los besos como lo que eran....

Preguntas a uno mismo o "Se equivocaba la paloma"


Realmente crees en el condicional de los amantes?
en el suspense de las noches?
en la gordura suave y avergonzada?
en la estúpida recurrencia de los tequieros?

Realmente crees que su cobardía es tu problema?
que el último portal de la Rúa comienza en tu cama?
que los besos cortan los labios pidiendo prórrogas?
que las manos encuentran flacidez entre las manos?

Realmente crees en la no irrealidad y no probabilidad
de los indicativos cero?
en las persecuciones anuales que acaban en risas desmontables?
en los náufragos ahogados en vuelos sin destino?
en el placer del ruego en la voz de un nadie?

Realmente ves un horizonte tras su ocasional dejadez absurda?
o una posibilidad de volver a ser el ser que eras antes?
de no entrar en la lista de sus horrores nocturnos
en los cuartos oscuros de suelos iluminados?

Realmente te parece la risa el antídoto de los desvirgados?
y que las erecciones cada dos elecciones caen nulas?
Realmente creías que quería sexo con toda tu nada?
Realmente ríes cuando te hacen llorar al pasar sus burlas?

Realmente creíste que se dormiría el tiempo al dejarnos?
que alejándote encontrarías un posible todo ilegible?
que comenzarían las voces olvidadas a llamarte?
que todo acabaría en una experiencia muerta?

Realmente esperas un perdón con hastaluegos?
un cortado en sueños sin verano?
una noche que lama las costillas de sus cuerdas?
una noche de penetración a secas y de garganta?

te equivocabas...

domingo, 17 de junio de 2012

Estar hecho 20 añicos



Los pasteles no tienen gracias y las velas se corren, se precipitan, se queman, manchan, se derraman, empequeñecen, se olvidan, se multiplican y enceran los pasteles. Los pasteles de cumpleaños no sirven.

Madre ha salido con su novio a la panadería, creo que no volverán hasta la noche cuando ya me haya dormido. Afortunadamente hace años que no veo esos seres repugnantes- no, no hablo de madre y su novio- hablo de los pasteles.

Lista de seres repugnantes:

Peluches viejos, cascaras de cebolla, zapatillas sin cordones, calcetines a cuadros verdes, novios maternos, viudas paternas: madres y madrastras, sofás con fundas de pana, dientes de perro, libros narrados en formas históricas del verbo, profesores de pupilas temblorosas, cucharas viejas, las manchas de pasta de dientes en el lavabo, compresas en el wc, condones olvidados que dejan olor a vida y latex, dentaduras postizas de alguna vecina haciendo sus necesidades en el rellano del pasillo, colillas de cigarros cayendo del tercero D.

Los cumpleaños no tienen sentido, qué diablos se supone que son? una especie de acuerdo democrático precristiano o incluso pre-evolutivo? Una especie de día al que todos tenemos derecho y en el que somos el centro de toda atención? ¡Y una mierda! Yo tengo un hermano mellizo y mi abuela paterna compartiendo importancias conMigo el 17 de junio. Muchas veces pienso que probablemente la abuela (o sea, la vieja de mi viejo) la palmará un 17 de junio, porque ella es una señora muy egoísta y planificada, ella sabe qué hay que hacer para ser el centro de las atenciones in secula seculorum: palmarla! Una vez la haya palmado mi, digo nuestro (porque incluyo ese ser mellizo que me ha tocado, rozado y pegado 9 meses entre los intestinos materno) cumpleaños desaparecerá del mapa. Y no es que solo tenga, digo tengamos, que aguantarnos, digo aguantarme, sin probar un mísero, espumoso y jediondo (sí con j) pastel de cumpleaños, no, es que también tendremos que ir al cementerio o a donde quiera que hayan depositado ese cuerpecito nono sin que la tierra lo escupa de asco y ataques histéricos.

Lista de ataques histéricos de aquí hasta donde la memoria memorie:

Madre sacando libros de gavetas inexistentes y tirándolos contra los cristales de las ventanas, mi abuela materna borracha y meándose por el infinito pasillo de la casa, mi tía roncando hasta despertar al mendigo que se había acomodado entre unos cartones a 7 calles de la nuestra, mi padre fumando con diarrea en el diminuto cuarto de baño, yo masturbándome hasta hacerme llagas (¿en las manos…? ¡qué va! en las manos nunca…) mi hermano gritando tras meterse un patinazo con su skateboard y levantarse gran parte de la dermis y la epidermis del careto, sin tener en cuenta ya los 10 metros de asfalto removido por sus duros piños en la carretera principal del barrio.



Por consiguiente hoy tampoco habrá pastel mierdoso. Hoy estoy solo en la cama, bueno con la mano. Huele a cuatro de la tarde, una alarma interior me empuja fuera de las sábanas. En mi casa, o mas bien en mi cama, al igual que en la de Arrabal las sabanas son de usar y tirar, hasta que se conviertan en finas hebras envueltas en pelo y mugre no se tiran. No hay almuerzo ni cena, menos mal que siempre quedaran los teléfonos y las pizzas por encargo, o sea, Telepizza. No hay ganas de ducharse, cambiarse el calzoncillos quizá, andar en cueros por la casa, poner la tele, sentirse un poco más maduro, negarse por vigésima vez en tu vida a ir al gimnasio. Hoy es 17 de junio y es un día como otro cualquiera. Madre se pone de muy mala leche, será que le dolemos, mas bien le dolimos, en los más profundo y no precisamente del alma. La otra parte de mi, el ser mellizo, estará por ahí con una señorita que desconozco; siempre he sabido que el cielo es favorable a los idiotas pero jamás pensé que este, que lo es por antonomasia, gozaría de favor tal. Sí diablos y diablillos, estoy celosa! jajaja. (un poco de femenino siempre le quita peso a las cosas).

Cien euros por transferencia bancaria y una dosis de desahogo con lista de problemas incluida no está nada mal como regalo.

Lista de problemas (incluido en la dosis de desahogo que a su vez se incluye en los 100 euros del regalo por transferencia bancaria):

Tengo cincuenta años y las cremas ya no sirven, ahora solo valen los novios jovencitos (versión de la frase de Gandalf a Aragorn: "las espadas aquí ya no sirven…" en el puente de Moria frente al bicho ese enorme en llamas).
Tengo cincuenta años y dos hijos que mantener (haber follao con condones, la juventud es lo que tiene madre, pienso)
Tengo cincuenta años y soy religiosa (eso si es un problema de cojones y dios me perdone)
Tengo que pagar facturas (luz, calefacción y agua), alimentar a dos baifillos (de baifo, baifus; del gomero), tengo que ir semanalmente a mi tour por los centros comerciales, gastarme el presupuesto de un país mediano del continente africano en tacones y potingues para la jeta. Tengo que intentar acordarme de la familia en la dura patria. Tengo que comprarle cosinas y caprichines a mi nene (putas incluidas, así se estipula (mas bien estimula) en el contrato). Tengo que ir 18 veces semanales a la peluquería, 6 a remojarme en el spa ese de las aguas buenas buenas, 12 a los masajes que da ese masajista bueno bueno y a yoga, misa, culto y celebración ortodoxa por si las moscas ( el sueño de toda una vida de ligar con Salomón…, es que David como suegro -con su arpa que tendría las cuerdas perfectamente en su sitio si no fuese por el maricón ese de Lorca- es irresistible). Es que tengo que tener obligatoria mente. Es que nadie me entiende. Soy una madre sacrificada y luchadora y cuando me muera lloraréis sangre y lamereis la tierra (sí, bañados en champán mientras festejamos la liberación de yugo del Faraón, pienso).

Pero hasta entonces a joderse, sin pastel, sin champán y enyugado/-s como un/-os cabrón/-es. Hoy es 17 de junio y estoy hecho 20 añicos. Que pase la aspiradora.

sábado, 16 de junio de 2012




Pautas para cruz y grama: (horizontales)

1. Nombre de mujer,
2. Coloquial, tacaña,
3. Sagrada inviolable.

4. Se dice de las monjas carmelitas
5. La que tiene oficio
6. Nativo de Ruán
7. Cercano a Jerusalén
8. Antigua población de Palestina
9. Agujero redondo hecho en una tela
10. Culpados, condenados
11. Dioses romanos del hogar.



Pautas para grama y cruz: (verticales)

1. Tienen por costumbre comer carne humana
2. Dicen que si se te hinchan mucho es que estás(n) pero que muy enfadado(s)
3. Avergüenzas, abochornas a unos
4. para vaciar la vejiga
5. Hermana de Ídreo
6. Hermano de Moisés
7. Alcalóide del opio
8. Cabra del Himalaya
9. Movimiento fluido
10. prefijo negativo
11. Puesto al fuego en un astro
12. "conviene encontrarse dos o más personas"
13. -movimiento que se propaga- Noreste abreviado.
14. Golpes de ala….

Esposas cariñosas



Ayer encontraron en el río medio hombre, con medio maletín de cuero en su única mano y tres mitades de libros con medio título en el interior. Su medio pantalón y su media camisa estaban manchados de sangre y en su medio estómago había media bala.

Alguien se había tomado muy a pecho eso de los cortes y los recortes dejando a medias hasta a a la muerte.

Cuando se pusieron en contacto con la familia del medio muerto, la esposa dijo indignada " ¡Ya era hora!" la mitad de su marido había entrado como todos los días, ensuciado toda la casa, salpicado las paredes y encharcado la alfombra de sangre irreparablemente, antes de caer redondo, "el muy cerdo".

viernes, 15 de junio de 2012

Súmese a la revolución



Recientemente la sociedad española ha descubierto una de las principales "cagadas" de la humanidad.
¿Lleva años preguntándose por qué sus hijos se han ido de casa a los 14 y no les hacen una visita ni los domingos por la tarde? ¿Pasa interminables horas buscando el motivo de por qué su mascota sufre ataques cardiacos, toses, desmayos y vómitos? ¿Se ha preguntado a caso, querida esposa, cuál ha sido la razón de enfocar a su marido siempre de cintura hacia arriba?
¡Sí, efectivamente! Es eso que los medios han llamado no hace muchos días: EL TERROR DE TODAS LAS FAMILIAS, esa situación incómoda, ese crujir de la diminuta tela y sus transparencias -causa de las pesadillas mas horrendas- ¡Sí, está en lo cierto! les hablamos del PADRE EN SLIP.
Desde que el ser humano- en este caso el hombre- ha adaptado su vida a la tranquilidad del sofá, las cervecitas y el partidito de fútbol ha desarrollado un extraño sistema de defensa que parece ser muy efectivo: LOS SLIPS.
Son idóneos para ahuyentar a suegras y mascotas, echar a los hijos de la casa, evitar visitas incómodas de las amigas de la esposa y sobre todo hacer definitiva la pérdida de todo contacto entre los cónyuges .
Querida amiga, si quiere recuperar su familia, volver a instaurar la dictadura del orden y la limpieza, volver a ser la que manda, volver a mirarle a la cara a su marido con orgullo y superioridad.

Le presentamos nuestro producto: Los gayumbos sin compromisos.
Los gayumbos sin compromisos son de un diseño clásico y elegante y sobre todo son de la longitud exacta. Disponen de un sistema de autolavado y unos discretos censores que ofrecerán a la entrepierna de su pareja un suave y aromático rocío evitando olores incómodos. Pero, lo más innovadores de nuestro producto es que no se pueden quitar, de esta forma su marido no se sentirá tentado a volver al antiguo vicio antiestético del slip.

Esta oferta es única y exclusiva. Ahora puede adquirir nuestros gayumbos sin compromiso por el módico precio que aparece en pantalla.
Llame ahora mismo y recibirá un par de gayumbos sin compromisos, piense en su amiga sumergida en una situación similar a la suya.

¡Súmese a la revolución de gayumbos sin compromisos!

domingo, 3 de junio de 2012


Cuestiones concretas:
(Es en lo que se basa,
Realmente hasta nos lo merecemos...)

Deberíamos fugarnos de casa.
En dirección a Madrid.
Marta metro a metro.
Sin duda los hombres se asustarían al verla.
Ándate con ojo... a veces es un poco... difícil.
entradas, concursos-concursos.
Quizás ella se acercó demasiado y lo mató.
Yo lo conocí con 19 años, trabajábamos de peluqueros.
Ahora, si ellos no se meten con Marta
Marta no se mete con ellos.

¡Mentira, eso es mentira!
Hay que la var lo sujetadores a mano.

No sé cuáles son los motivos.

Recortes televisivos


Tranquilo,
se acabó,
dales el consuelo de saber que pasarán la eternidad juntos.

¡Esto no es un funeral, es una boda!
¿Qué decías?

Se me va a morir el novio:
Michel Haneke
se ajusta perfectamente a mi tamaño de copa.

Empiezas con Noemí y sabes que acabarás con todo el mundo.

¡Cuidadito que no son horas!

Aplaca la ira, elimina la angustia, y el querer perder
peso y sumarse a la fiesta.

Esta es Nuria la vecina de enfrente.
La presión y el estrés han dejado claras huellas.
Están preparados para cualquier problema, desafío
el no hacerse en un día.

Ahora coges la moto y te vas...
Dile al psiquiatra que ha venido un señor de 80 años
con una fractura en la cadera.
Llama al pueblo.
La ha cagado así que ahora que apechugue...
¡Que son 80 tacos!
¡A la mierda! - una prueba hecha con un clip es una prueba hecha con un clip.

Estrenos de la semana:
Su hija duerme con 30 amigotes en la piscina.
Los pájaros son muy divertidos.

Se ha cancelado el baile. Tenemos fantasmas asesinos en la casa.
Ella que intenta matar a Leo.
Experiencia sonora del aire de las pipetas.
Emparejamos a grandes hembras con machos de grandes colas
(evolución de los pavos reales).

Soluciones biológicas.
La noche en 24 horas.
Recortes hasta en la poesía.

viernes, 1 de junio de 2012


Desde que empezó el verano
y pusimos 3 mil kilómetros de tierra y océano entre nosotros
volvemos a escribirnos tonterías,
tú me cuentas lo que haces por las tardes,
me describes trenes y estaciones,
madres de calle que te venden mundo por medio almuerzo,
versos enfermos que te persiguen por las calles,
algún proyecto cinematográfico de a penas dos minutos de alivio...
que necesitas unos zapatos nuevos y una ducha
y volver a la ciudad que peor me ha visto
y a dormirte por las aulas de la segunda mitad del siglo XX
mientras yo busco el puerto de la niebla en mis manos.

Recuerdas algún rostro patético que se ganó mi odio en su día,
algunos viajes a Grecia y a Plutón con Claudia,
las sombras que me alegraban las tardes en la casa los domingos
esa mesa del Alcaraván con Fran, Jorge y Pedro
entre Goethe, Becket y Arrabal respectivamente.

Me cuentas alguna impresión sobre esos versos malos,
y que a penas te quedan amigos,
dices no saber dónde dormir mañana
pero sí, al parecer, con quien,
que has recogido una guitarra en la basura
y no has sabido para qué llamar a tu madre tras dos meses,
que echas de menos piedra y gestos sin importancia,
alguna fiebre dominguera... misas profanas en el submarino.

Yo mientras, busco vuelos baratos.

Dejas caer que te entusiasma la isla y sus cloacas.
Respondes que en Guadalajara a mi pregunta de "dónde coño estás metido".
- No tardas mucho hasta Barajas, verdad? - pregunto.
Te callas mientras apunto el correo.
Desde luego adoro Ryanair por traerte a 11 euros a casa.

Me río y no me extrañaría
cuando preguntas: "¿Y si me estrello...?"

Leer las paredes - lo que la gente-
las pantallas
los pozos del café
el retroceso de los desheredados
las veredas de las suelas de zapato
los micros abiertos
las noches sin sabor
lo de entre las cuerdas de la guitarra
las manchas de vino barato en torno a las papeleras de las plazas
el ruido de la hierba bajo el humo
los rastros de la noche, olvidados, de tu cuerpo
los blogs anteriores a 2005
los rímeles corridos a lengüetazos
los chaperos invitados a la memoria
tu cilueta en el sofá que no consigue borrar la marcha
la muerte ajena ganando terreno en nosotros.


I

A veces bajo al pie de la escalinata,
miro el crucero,
me invade la tarde desde todos los rincones,
miro la luz que se pasea entre el humo de los jardines
a las 7 en Anaya.
Busco tu cuerpo abandonado en alguna esquina
y pienso que jamás habrá nosotros

II

Sueño que te curva la espalda,
piedra que disuelve tu abandono,
mundos instantáneos de tu voluntaria muerte fugaz,
tu suelo roto que hace libre cada uno de tus pasos,
y esa locura ocasional que me desangra.

Abandono casual en mi tristeza.

La desagradable y real sonrisa.
Las venas de David imposibles de tus manos.
La rabia y la pobreza de tus dientes.

miércoles, 11 de abril de 2012

Manifiesto

Y en principio fue el verbo. Y en el principio ese verbo no estaba, ese verbo lo manipularían los que venden manzanas y los me vigilan por palominos. Una falta de respeto esa calle, la verdad…
En el principio hubo algunos maltratados. Algunos desviados - aun no existía el término- en el principio estaba Zeus, Esopo, un atentado contra los asentados a las orillas de aquel mar vivo y ahora muerto… En el principio el bi no estaba, todo era uno. El principio, el paraíso, los ojos de alberti (con minúscula) para verlo, los ángeles cayendo, ardiendo plumas, se fraguaba el infierno en el confín de tus labios, menores.

No había menores, colegios, panaderías, National Geographic, RTVE, deneises, coches, prostíbulos -lástima- ni cuernos, ni drogas -otra lástima- ni condones -bieeen!- ni venéreas -lastima?- En fin, que no había.


En principio yo no tengo por qué dar explicaciones, pero las doy. En principio no tengo por que hacerlo, pero lo hago. En principio no tenéis por qué hacerlo, pero lo hacéis. Aquí falla algo. El qué? Espera que te lo cuento….

Uno: A mi me sienta peor que a ti? Sí!
Dos: No queréis soportar mi fabulosa y necesaria -según algunos- presencia, no lo hagáis, pero hacedlo saber, a la cara, de forma clara, transparente, concisa, sin lágrimas-al menos no en mi hombro- que las lágrimas son todas mías, y la pena, y la vergüenza.
Tres: Si dicen que tengo que dejar de beber: Al carajo!!!
Cuatro: Si decís que tengo dejar de beber… Al carajo!
Cindo: Si digo que tengo que dejar de beber: Al carajo, D. coño, al carajo!

(Agradecimientos a Mojinos Escozios)

Tampoco os vais a morir ahora tampoco… Gracias!

Pero tomo una resolución, la resolución de ser feliz por encima, sobre, y ante todo.
No por ello dejo de ser una "puta" ni una "warra" ni un pedante, un pervertido, un pelmazo, un lo que quieras… no, pero tomo la resolución y mucho me temo que hay personas que no incluyo.

Resumiendo, aprovechad los momentos del día en los que no ande yo cerca. Aprovechad las conversaciones correctas sin mi incorrección más que clara y evidente. Aprovechad la paz que da no tener al lado un enfermo de casi todo. Aprovechad para conocer gente nueva, para mudar de piel, de hábitos. Aprovechad para transfusionaros ideas propias propiamente ajenas, apropiaos! Aprovechad ese no hacer nada, ni tener que… ni pensar en… ni querer nada que… aprovechad! Aprovechad anidar en nidos ajenos hasta que los pollinos os devoren porque aburrís demasiado. Aprovechad el cambio para hacheros más ordinarios u ordinarios del todo. Aprovechad! Yo me sumo en el post- pesimismo y sus variantes.

No hablaré de tempranos vuelos, ni madrugadas, ni suelos, ni odios a la muerte enamorada, ni a la vida desatenta, ni rencores a la tierra y a la nada (que es en realidad lo que he sentido siempre) No hablaré más de ello, me han llenado suficiente. Hora de evacuar Charley! A cagarme en todo, que es hora, y que apeste!

Os juro- a vosotros que con indiferencia haced el favor de no leerme- que esta es la peor resaca y la última, hablo desde lo sentimental, entiendan.

Ahora comenzará la peste, el asco, las frases cortas, el no puedo, el desacostumbrado "pasar de largo", el insulto despreocupado, el egoísmo necesario, el instinto de supervivencia, el absoluto abandono de perseguir la nada, o el amor, o el deseo, o la rabia de cuerpos ajenos. Ahora todo comienza.

No creo que imite a nadie. No creo que nadie se sienta capaz de imitarme. Cada uno desaparece a diario como puede. Yo lo comienzo desde este escepticismo práctico que me desposee de todo lo que he ambicionado alguna vez.
Ahora todo se resume en dinero (omito el sexo) y en poesía. Esta última quién sabe si acaso desaparecerá e incluso más rápido de lo que uno se cree. En definitiva que las ganas de no dejar nada a mi paso son ahora mismo lo único que me hace seguir, seguir acaso mirando un punto delante del que retrocedo caminando hacia atrás. Yo también me he sentido en esa Laguna extraña como Felix "mi propio abuelo viendo a su infancia jugar" crecer acaso, morir ahora.

No se si debería despedirme de algún individuo que se que vale la pena. Pero que se quede todo entre nosotros, enterrado entre las ruinas de una casa ocre, llena de ruidos, de arañas, de lágrimas después del sexo, de golpes mal sanados. Acaso haya personas que odio y se que les debo mucho… pero que se quede entre nosotros como un pecado sin confesar, al que me someto, el que estoy dispuesto a pagar con todas sus consecuencias, y conocer el infierno, el verdadero amor, el fuego que nunca ha ardido en mi cuerpo. Pero sabed, vosotros no estáis siquiera en ese infierno, aprovechad! que no os incluyo

Y no poder nada… y no poder… nada…nada…y...

lunes, 9 de abril de 2012

acaso jamás deberían haberse construido


Han roto deshojados en la lluvia, se han roto.

Ha amanecido con niebla, tambores, resurrecciones barrocas que me tocan los cojones profundamente, viejitas tristes de las que a penas me compadezco, murmurando quebonitos en todas las pestilentes esquinas de sol y palma.

Han roto. Se han roto… acaso jamás deberían haberse construido. Releo lo que he puesto hasta aquí, sigo:

La tarde fue ordinaria, una carrera de ratas por bares desalmados. Desganados los cuatro, comiendo sin hambre, bebiendo por costumbre cerveza barata, viendo - me avergüenza decirlo- fútbol mientras un simpático camarero (para mi claro) recorría muy muy deprisa el bar de un lado para otro, incansable, hasta el aburrimiento, pero simpático, sin duda.
Todo se confunde hasta la nada próxima al verano. La gente que se ha ido anunciando el caluroso abandono casi eterno. No hay niños por las calles que parecen peor alumbradas, no hay borrachos, ni erasmus divertidos, ni hombres recogiendo las terrazas de los bares, ni tampoco está él aunque siempre lo tenga presente. La ciudad sumida en una monotonía desacostumbrada y triste. Las cabinas no funcionan. No hay relaciones públicos que inviten a despilfarrar conciencia y dinero. No hay noche para perder el día. Este hoy se volverá eterno de nuevo, este hoy que no se acaba hace dos días. No hay glaciares de sonidos en su blog de insomne esperanza.
Quiero verle.
No hay tiempo.

Descanso la cabeza sobre el sofá rojo, lo escribo. Cierro los ojos y le dibujo con una luz como de neón verde en la oscuridad, lo escribo. Pienso en hacerme un té y ver programas sin sentido, de estos que ponen por las noches, para hacerlas aún más insoportables y largas, lo escribo. Pienso que tengo que ir a un psiquiatra y reconciliarme, lo escribo. Pienso en pensar y escribir, lo escribo. Pienso, sin motivo alguno, en pepinos con salsa de yogur, lo escribo. Pienso en los japoneses del verano, en Tenerife, en Murakami, en Kafka, en Barajas, en Miguel, en Fran y su marido, en El Faro, Las Vistas, el paseo de la playa, la montaña de Guaza, el colegio como una cárcel conectada por puentes al viejo pueblo; pienso en haber estado acompañado, en no haber valorado el débil amor que tuve, en los sueños que daban ganas de llorar, en las comidas por la tarde en la terraza tibia… lo escribo. Escribo.

Ellos al menos tienen el refugio de pensar que han tenido un amor reciente aunque ya solo sean barro de hojas.

Uno vuelve sobre el mismo amor, sobre el único amor, sobre ese amor imperfecto que luego quiso recuperar su instantánea grandeza entre mis brazos y no pudo. Uno solo piensa, recuerda y escribe. Escribe en la noche con deseos imposibles.

Ellos, al menos en estos últimos instantes, aún se tienen y lo saben. Ellos que están deshojados en esta lluvia que vino de pronto. Ellos saben que no…

Uno descubre un vacío peludo, lleno de odio, de amor podrido, de esperanzas.

Ellos cavan hoyos bajo la lluvia.

Uno no se sorprende si la muerte acaricia ahora las palmas de las manos, como podría sorprenderse con un mirada de afecto, gratis, silenciosa… suya.

Ellos cavan hoyos en la cama bajo la lluvia.

Uno escribe esperanzas.

Ellos cavan hoyos en la cama de sus gritos, bajo la lluvia, hasta la mañana.

Uno susurra esperanzas.

Ellos cavan, se cavan uno en el otro sobre la cama unos inmensos hoyos bajo su propia lluvia, hasta su propia mañana.

Uno mira repetirse esta enfermedad inmunda y grita, gime, llora esperanzas.

Ellos cavan….

La lluvia.

Uno….
Esperanza.

domingo, 8 de abril de 2012

Dones Voraces


Aprendí a cortar minutos con Martín Sosa
a ser vulgar y triste y gustar con Miller.
Aprendí el arrepentimiento absurdo y el reproche frente al espejo
viéndome, acaso por desgracia, mas Jaime que esta arquitectura de temores.

Aprendí a trazar silencio en los gritos
el vicio del vintage gay de marineros argentinos
y una irrevocable desolación de en y por todo… gracias a Carlitos y Cernuda.

Aprendí a ser perra enferma y puta
y a gustar solo con ropa,
aprendí que mi desnudo daba risa después del sexo,
que me dolía la espalda y las palabras y el llanto sin razón y las borracheras,
con aquel primer hombre que fue de todos y aún es de nadie.

Pero en este hoy interminable
aprendo a no dormir, a arrastrarme hacia la madrugada,
a ver pasar borrachas mis vergüenzas sin avergonzarme,
a elevar la melancolía al nivel de arte.
Aprendo a seguir viviendo gracias a ti , ser vacío,
maltratador, autoproducto, violador que me preña de sueños: Nada,
- aunque yo prefiero llamarte en masculino-
Aprendo gracias a ti a saber que siempre estarás llegando y en parte eres la esperanza,
ese instante siempre eterno del silencio prolongado abusivamente previo a la llamada,
aprendo a saber que ambos somos nuestras nadas
que inmortales de esperanza y dones voraces nos resucitamos para morir siempre,
siempre el uno en el otro,
condenados
a ser dolor ajeno
y malditos,
malditos.

jueves, 5 de abril de 2012

La textura de las vainas de los guisantes...


Solías oler a sudor y a ganas de mear cuando te levantabas, las pocas veces que dormimos juntos y tu me pediste chuparme los pies mientras yo opté por chuparte de los muslos hacia dentro.
Solía levantarme contigo oliendo a despecho y agradecimiento, oliendo a ti y a tus brazos llenos de venas gélidas, sabiendo a ti también, ansioso por beberte la sangre, en celo.
A veces te metía los dedos hasta que te corrieras, mientras diminutas arañas invadían los cristales de tu cuarto emigrando del gris jardín que rodeaba la casa hasta el abierto calor de la ya marchita vergüenza. Te restregabas el semen por el vientre como si fuese un rito tras el cual creías que te quedarías preñado de tus propios seres muertos. Yo te supliqué en múltiples ocasiones que me preñaras, pero dijiste que era peligroso, que no querías ensuciarme de ti, y no hablo de enfermedades, tenías una extraña teoría sobre las transmisiones de ideas enfermizas y suicidas por vía anal, muy jodidas si la eyaculación se realizaba en un culo del mismo sexo.
Luego, te follabas a todas las niñatas del barrio dejando a un hijo en cada esquina.
Yo me preguntaba cuando veía a alguna muy jovencita preñada caminando vestida de gris y con la cabeza gacha por tu barrio si la culpa no sería de ese hombre, de ese chico, de ese niño inconsciente al que tanto yo amé.

Me gustaba ir a tu casa. No siempre me dejabas subir y me sentaba a esperarte en el portal hablando con los gatos y mirando con ojos fieros a las viejas atrincheradas en unos bancos inclinadisimos y muy curvados que amenazaban con ceder bajo del peso de sus mas que menopausicos coños. Ese día me reiría en sus peludas narices, viejas cochinas!… como si ellas no hubiesen hecho lo mismo que yo si pudiesen estar contigo y hacer que te corrieras y que gimieras de impotencia y placer, de soledad, de momentáneos brochazos sentimentales que recordaban el amor vagamente.

Tu tardabas en bajar, algunos días hora y horas, olvidandote de mi, durmiendo tal vez… yo me entretenía repitiendo tu nombre, probando con distintos tonos. Durante horas optaba por susurrarlo y oír en el ese dulzor que se me hacía tan amargo de después del sexo. Recordaba las viejas paredes de la casa de tus padres, esos juegos no digo infantiles, pero aun no del todo adultos. Recordaba tu ronroneo en el hueco de mi cuello y alguna frase suelta, recordaba tu pelo que me anegaba la frente e invadía mis orejas, cosquilleaba las mejillas… mi risa interrumpiendo tu sueño, la respiración… la paz.

Salías del portal con los pantalones arrugados al igual que el ceño. Los ojos casi cerrados defendiendose contra el sol poniente, inofensivo ya. Murmurabas cosas y solíamos alejarnos del barrio, adentrarnos unos cientos de metros en el campo, robar guisantes a unas viejas, que no querían creer que el ayuntamiento no tardaría en arrasar sus campos para construir bloques de edificios, y nos los comíamos crudos. Algunas viejas nos chillaban, otras sonreían.

Una vez te excitaste con la textura de la vaina de los guisantes.
Mientras te la chupaba, tú desparramado en una gran piedra de granito que tenía una parte plana, una sombra se quedó helada a nuestra derecha. Miró tu polla y su tamaño pareció sorprenderla, hizo un gesto como repasándose la dentadura postiza o las desnudas encías, nos miró un rato como recordando, una sonrisa se mezcló con una mueca de amargura… era una de las viejas que nos sonreía siempre que íbamos a robarle guisantes. Tal vez estaría demasiado sola. Tal vez recordó lo que era eso de tener una polla en la boca, un vago recuerdo de algún acto sexual, recordó a su muerto.

El Borracho


Yo le robé la consonante final del nombre. Es demasiado sencillo, todo, incluso él lo entendió a la primera. Era el segundo apóstol, el que nunca me conoció, el médico, el obsceno, el demasiado imaginativo (perversamente) para semejante religión: baile de hipócritas.
La historia se resume en dos frases: " Lee algo guarrote…" " Tienes que seducirme…" Punto. Yo no he dicho nada.

Lo quiero, si. Lo quiero como se quiere un algodón de azúcar cuando se tiene cinco años y la boca demasiado pequeña. Lo quiero como se quiere un alivio matutino bajo el infierno de la ducha. Lo quiero como mero entretenimiento en tardes puñeteramente aburridas. Lo quiero como se quiere una canción para pensar en nada. Lo quiero para sentirme mas mujer y hombre y viceversa. Lo quiero para que se sienta mas hombre y mujer y mas…y mas… y mas…
Lo quiero en gemidos, en bofetadas, en cuerpos sucios escrutados por la noche, lo quiero bajo un san sebastián celoso, lo quiero en las manos, en los ojos, en la boca, entre las piernas, solo eso. Lo quiero como se quiere a un animal ajeno. Lo quiero de rodillas, como perro de nadie, como imposible misión, como enfado. Lo quiero con su lista de mujeres violadas, y que me relate sus paraísos lejanos entre las sábanas del viernes. Solo lo quiero para follármelo, para que me folle.

Yo no tengo tetas, solo un vacío. Mi g está demasiado lejos y desgastado, así que no lo busques, que solo la tinta (me) entiende de vuelos. Pero os prefiero tildados por sistema: esdrújulos. Lejanos y despreocupados, siempre y cuando el silencio haga justicia. Nunca había pedido que me cosieran la boca por un silencio en la cama, pero como es tuyo… haz lo que quieras.

Tienes razón: "Y el borracho aprovecha". A que nunca pensaste que serías objeto de uno? Tu tampoco tienes tetas. Pero todo fue el tequila, y las ganas, y la espera, la sorpresa, el cansancio, esta formalidad tan puta y aburrida, este ensimismamiento en vosotros mismos: el sexo anal a solas… y todo por el silencio! el maldito silencio! Pero me gusta…

Hubo un punto crítico, o mas bien momento: Rúa Mayor, frente al portal enorme, muy tarde ya… después de meternos entre pecho y espalda alguna porquería mal hecha del "Leonardo" (creo que se llamaba así) regado todo ello de cocacola, soledad en el caso de algunos, mala leche y que Lorca era de derechas (risas internas por mi parte). En fin que yo ya me iba y entonces alguien que grita… ¿pero tu no esperas, joder…? el resto supongo que lo conoces. Revelador, no se, morboso, raro…sí. El error: no haberte violado en ese 55 de la Rúa. Qué coño más da… que se enterase el mirón del hostal y la vieja del 1C. Sí, hasta los maricones mas insomnes nos controlamos a veces. Imbéciles!

Las Lupanares


“Convertí la casa en un lupanar inmundo. Les pedimos los ángeles, nos los dieron.
Convertí un cuerpo difícil y frágil y lívido y temeroso en sí mismo y por sí, en una extensión fugitiva y bella de mi deformación física, reflejo en estos nocturnos seres y objetos. Les pedimos las alas… pero volar, volar… jajajaja volar! Nos dieron a los ángeles. Los violamos mientras Lot se abrazaba a sus hijas. Las alas ya no eran útiles, estaban muertos. Por cierto, sabed: los ángeles tienen plumas, pollas gordas y culos sedientos como los nuestros. Y les gusta.“

El lupanar: la idea fue de él. Un lugar donde ponerse cachondo y encontrar mas que tu propia mano y mas que vídeos y mas que fantasías estériles arañando las paredes. Un trozo de cielo en el cordón umbilical donde él se hunde, se hundía, se hundirá… pensar que tal vez sea mas yo, al fin. Las penetraciones, radicales, grotescas, oscuras bajo piedras de Roma antigua, anaranjada, alucinógena, aquí en esta ciudad casi santa. Y nosotros aprisionándonos el uno al otro, gimiendo para que se ancle el recuerdo a este vicio masculino y sucio, con vómitos antiguos, vicio violado, vicio de vidrio cortante y música muy baja para el deseo reprimido, pero no más. Solo el foco apuntando una pared con guitarra, humo, miradas de libros rogando semen.

El lugar era, por lo menos me lo parecía, acogedor. Solíamos hablar mientras algunos observaban esa frialdad de la costumbre que ya conoce al detalle el efecto de cada tipo de roce en lugares remotos de nuestras geografías. Todo empezaba de forma simple, como suele ocurrir cuando uno se derrite porque hace mucho que no siente como estremecen su cuerpo desde dentro. Todo empezaba con unas caricias casi vulgares, un ronroneo por su parte que recordaba a la ternura, los párpados caídos y el éxtasis de la bragueta (momentáneo) por la mía. Solía haber entre cinco y siete chicos, muy pocos volvían, simplemente porque no daban la talla por muy grande que la tuviesen, aburrían, el morbo real es cosa de un día. La carne vieja reclama carne nueva a diario. Alucinaciones.

Para mi sorpresa esos eventos mandados al azar, a personas desconocidas, de orientaciones (aunque prefiero decir elecciones) sexuales diversas, aunque siempre hombres, habían causado buen efecto. El hecho de utilizar ocasionalmente la oscuridad como argumento de confidencialidad o algún tipo de máscaras no del todo molestas, hizo que se animaran.
Sí, se animaron a entrar y a amontonar sus ropas en una silla del zaguán bajo la mirada de un arlequín veneciano y una piedra de sal con luz propia. Entraban desnudos, caminando por aquel angosto desfiladero de gotelé que vergüenza daba llamar pasillo, pero era genial, justo lo necesario. Algunos ya los esperábamos sentados jugando con el cuerpo de al lado…

Meterle el dedo a E. era un buen principio, una profundidad suave que producía gemidos casi animales. Yo siempre al borde, controlándome, por no pegarle seis bofetadas con todas mis fuerzas a esa niñito bonito, a ese chico bien. Imagino sus gemidos tras semejante descarga. Simplemente se correría y pasaría la noche a mis pies, lamiéndolos, en actitud apocalíptica y perdida la noción del tiempo, agradecido, hasta que nos lo folláramos uno a uno… tan bueno él, tan abierto siempre.




Las noches solían pasar lentamente, él fumaba despacio. Introducir entonces los dedos entre sus rizos era sentirse aire entre las volutas del humo que huía de su boca. En realidad era un cerdo, pero atractivo, con un cuerpo bonito, una espalda por la que resbalabas con la mirada: como sus textos.
Nunca hablamos de ello, solo follábamos. Perdido ya en la noche, después de cierto alivio que siempre volvía a primera hora de la mañana, susurrandome al oído, mientras me despertaba, esos versos tan puta de Gil de Biedma: " porque el amor no deja de ser dulce hecho al amancer[… ]porque se el día que me espera y no por el placer". La vida, es obvio, seguía de igual color, dando por culo y sin gusto. Todo monotonía fuera de las "lupanares" (por respeto a las putas del Ara Maxima romana. Dichosas.)

Él empujaba en silencio y con una fuerza tierna que cegaba, que colgaba como el sexo solar penetrado por una aguja. La metía bruscamente sin respeto alguno por los pliegues y fisuras rojas del deseo que se resentían en el extasiado culo a causa de un dolor fugaz y placentero, que él en cambio aliviaba con sacar la polla por un instante, metiéndola a los pocos segundos con aún mayor fuerza que al principio.
Follárselo (que es sinónimo de que me follara) era un abandonarse lento, transfigurarse en otras formas imposibles mientras el apretándote la nuca te hundía en el frío contacto de la baldosa.

Me abrazaba por la espalda.

Mañana no me conocería.

Epistola a los gomorritas


Hola. Sí. Gracias. Yo tampoco lo entiendo. No...no... supongo que él es así. Me acostumbro. Lo intento.
« Acaso alguien lo entiende? Me entiende? A qué diablos vienen todos eso yoses, todos esos ficticios, todos esos atrevimientos y esa basura de quiero y puedo y ya he decidido y ya veras.... y ya y ya! y al final una mierda! Quién diablos soy yo para acosar a nadie, para querer a alguien, para buscar a semejante... de tal forma y con tales ganas. Pero qué cojones es esto? nos volvemos locos y subimos a besarle los huevos llenos de mierda`paloma a San Sebastián en lo alto de la fachada? Enga joder!
«Yo bebo, tu bebes, nosotros bebemos y etcétera y etcétera y etcétera... Dejate! Dejate que no se enterará ni la fulana esa que te follas los domingos al amanecer. Que solo perseguimos placer, que es como un consumismo sexual, solo eso, solo eres un cuerpo, sin importancia, imperfecto, algo plano, algo... algo... algo que he querido, algo que quiero, que quiero algo... que quiero... quiero!!!
«Podría haber sido divertido. Lo decía el otro. Lo decía su cuerpo, algo deforme y siniestro y puritano e intocable que en cambió manoseé hasta la próstata y sus profundas cavernas rugosas. Él quiso, yo quería... como no haber amado... en fin dejemonos de nerudismos baratos y desvaríos semejantes. En definitiva que podría haber sido (a modo de Masnfiel Park:) "pero... no fue." Ahora viene una carcajada triste por mi parte. Tú no se que coño habrás entendido en estas últimas frases, incluso en esta misma, pero no tiene la más mínima importancia.
« La casa apesta. Mañana viene gente. No follaré evidentemente, ellos si, está claro. Luego me tocará limpiar. Cuando te pierdes te odio por morir (esto es una frase de una película). Pero te odio, porque te mueres en mi y me siento morir y te siento muerto... y ya sabes, yo soy como las mantis religiosas, después del sexo lo que quieras... incluso la muerte, pero antes no joder, antes no! Mañana viene gente. Y vendrán las borracheras sin la idea simple siquiera de poder compartirlas contigo. Y vendrán los amigos que se queden en esta ciudad santa, entre santos, esta semana santa... santiiiiisima! Y nosotros borrachos. Borrachos caminando por allí cerca de las Ursulas y diciendonos a nosotros mismos eso de: " temprano desplegó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano (estoy) - digo - estás rodando por el suelo." que son los versos mejores para recibir una madrugada resacoso, tirado por ahí sobre piedras regadas por asquerosos aspersores a los pies del Unamuno deforme junto al Kamelot.
« Qué bochorno! qué calor! que calor asqueroso de mujer que te compadece! qué brazos flácidos tan desacostumbrados! que malditas conversaciones irrecordable y tristes y llenas de mocos y de clinex con olor a miel cuando se tiene hambre... y qué maldita noche! y qué coño estabas tu hecho y qué narices estabas pensando para decirme semejante cosa y en semejante tono!!!! pero tu no sabes que cuando estoy borracho solo puedo insultar yo, que a mi nunca, porque me pongo muy sensible y me pongo a llorar y encima me gusta? No te lo he dicho varias veces? en cartas, en twits, en sms de tuenti, facebook y móvil?
Es que yo te quería, te quería para mi solo y solo un momento y te quería pasivo y superlativo y reflexivo y nominal y sustantivado, adjetivado, afeminado y desvaronizado! yo te quería, ella a mi no, ella es tú, o sea esa parte de ti que es ella, o sea la femenina que yo quería pero ella no me aceptaba por ser tan afeminado, porque dijo que quería hombres! machos! machorotototes! chivos! pero que mas macho que tú mismo, o sea ella? es que ella, o sea tu, o sea tu ella, flipa! plipas! plisáis! Los dos, los dos en uno, como una oferta del Eroski.
« Así que llorando, y llorando no se sabe por qué ni para qué ni con qué motivos.... pero qué malditos motivos voy a poder tener señores? qué motivos??? si tengo todo lo que quiero aunque no me quiera nadie, ni falta que hace, ni falta... Después de eso, o sea ese, no, mas bien esa, pero siempre hombre que quede claro, esa chico de Madrid, esa pavo de la isla, esa engreído de las discotecas a penas iluminadas, esa orgulloso contra la que no hay prejuicio que valga (porque siempre te quedas corto) yo que iba a saber que me sentaría tan mal... yo qué iba a saber. Pero a ti te imaginé distinto, pero el problema es que te imaginé. Nunca te conocí... no perdona, no te pude conocer, no te dejaste conocer, porque como eres tanta ficción y tanta nosequémierda y tanto misterio y tanto misterio cinturaparabajo plano trasero... qué te iba a conocer yo!. Ademas que yo quiero a alguien que encaje en mis personajes, no quiero hacer papeles ni adaptar la obra de mi vida a personajes ya hechos, que se adapten ellos que para eso soy yo el Divo, el Muso, el Sexy, el Fantastico, el Writer, el Fabuloso, el Elegante (bohemio no, que es muy ordinario) en fin, el chico Divinity.
« que siiiiii, que si leches! q me acostumbro. siiii a la soledad, a la monotonía, a las campanas, a la oscuridad de ese nicho (primero be, por cierto) de la rua mayor 55. La verdad es que debería poner anuncios en el periódico, algo así como ninfomano desesperado busca algo para entretenerse, algo superios a 30 centímetros claro... pero da igual. Los condones, el lubricante, los gemidos, el cigarro a posteriori y el "vete a la mierda ya" que me tienes jarto (con jota y bien con jota) corren por mi cuenta. Que si después el propietario de dicho entretenimiento, siempre superior a treinta cm, es feo o es de familia mormona, o su abuela había sido una santera que murió agredido por un pollo poseído, o si su madre es homófoba, o si tiene problemas de insomnio y bipolaridad, o que no tiene nada que comer (que se preocupe que yo le doy) o que no se encuentra porque no ha encontrado nadie en quien encontrarse... todas esas nimiedades, esos relieves bibliográficos tan absurdos que todos poseemos, no me importan lo más mínimo. A mi solo me interesa el entretenimiento y los 30 cm en si. Punto.
« Tengo un hermano gemelo, bueno en realidad mellizo, y ya la gente que es más culta hoy día sabe la diferencia, pero de niño, que cuando yo era niño la gente era
como más inculta, me daba tanta vergüenza escuchar a mi madre explicarle a las a migas de mi abuela que los gemelos estaban en una placenta y los mellizos en distintas... pero una vergüenza! que va! y cuando me enteré que esas placentas estaban en el útero de mi madre y que para entrar al útero había que pasar por la vagina y que por su vagina había pasado previamente el miembro ( para aquel entonces aun con la capacidad de endurecerse y escupir) de mi padre y que luego nosotros dos fuera ya de la comodidad de las placentas habíamos hecho ese viaje de vuelta... bueno cuando yo me enteré de toda esta historia que llamaban parto, los mas románticos dar a luz, cuando yo me enteré de toda esta guarrada... y que además había pasado por el mismo sitio por donde mi padre había restregado su... ya me entiende usted, y que además yo fui el primero en salir y que ademas lo primero que salió de mi fue la cabeza... yo casi me muero! QUÉ ASCO!!! o sea, que asco! y que ganas de potar colega!
En fin que os decía que tengo un hermano gemelo, bueno en realidad mellizo, ya sabéis que prefiero decir gemelo porque le gente no se entera, bueno mas bien antes, ahora ya si... Que digo yo muchas veces cuando me quedo así solo mirando la tele sin volumen, y las campanas dale que te dale en la plaza... ser yo hermano de alguien tiene que ser vergonzoso, en otras palabras, que mi hermano tiene que estar súper avergonzado de mi... q vergüenza joder! me da vergüenza hasta a mi mismo de mi mismo, ya ves... que vergüenza...
Pero vergüenza de qué leches? de ser un chico Divinity!? que vaaaa! esos que la gente no se entera, que en este país no hay paladar, que no ven ni con microscopio a los grandes genios, artistas, iluminados, etc... etc... de su época, aunque sean maricones. Y aunque discutan y lloren por un ser como tú entre estas calles naranjas de Roma alucinógena que se tiñe de alcohol y otros deseos al caer la noche.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Casi un cuento de navidad



Las campanas anunciaban perdidas sobre la niebla la hora de salir. La taza de chocolate en la mesa, el libro abierto, los niños correteando entre las negras patas de las mesas, un grupo de señoras elegantes al fondo...
La noche se divisaba tras las ventanas bordeadas por focos de bajo consumo. Una manta de plumón caía a cámara lenta sobre la ciudad de piedra, un aura anaranjada matizaba levemente los muros de las casas del centro. Un perro atado en la calle ladraba viendo a su dueño refugiado en la chocolatería.
La gente llegaba sonrojada y levemente temblorosa, aquella tarde era un presagio invernal. Grupos de estudiantes que reían escandalosamente, interrumpían el sosegado paso de familias con cochitos de bebé y rezagadas abuelas que parecían disfrutar del frío, recordando quién sabe qué episodios lejanos, de su juventud tal vez...
Las tazas revoloteaban a mi alrededor sobre enormes bandejas que los camareros llevaban y traían con una rapidez sorprendente. Las clases y bibliotecas cerraban ya sus puertas apunto de sumirse en un sueño de páginas y memoria. Los alumnos olvidaban momentáneamente los volúmenes imposibles de memorizar, los nervios del que sabe que juega a septiembre (ah, no, que lo han cambiado a junio...) y se sumergían en animadas charlas frente a jarras de cerveza, cafés humeantes, platos de churros que esperaban el húmedo beso del chocolate caliente.

Había llamado a Raquel para ver que harían aquella tarde. "A las ocho bajo el reloj, hemos quedado para tomar algo..."dijo y la llamada se interrumpió. Había colgado.
Salí envolviéndome en la bufanda de lana, ya un tanto fina para aquel tiempo, y encogiéndome de hombros tomé la Rúa rumbo a la plaza. Un susurro de asombro turístico se oía tras los iPhones que apuntaban La casa de las conchas, la Clerecía vestida de su atuendo amarillo: redes y andamios; el campanario no se veía. Solo los focos sobre los tejados movían aquel frío humo que se retorcía en espirales, el frío humo de la primera niebla.

La plaza se desdibujaba incapaz de ver sus propios muros. Volaban astas desde los cuatro lados del cuadrado apuñalando cielo, ventanas y miradas. Lucio lo llamaría imagen apocalíptica, otros una miopía natural de aquellos meses, pero unos pocos coincidiríamos en que aquella noche permanecería en nuestro recuerdo como un inesperado regalo de la ciudad que nos acogía en parte fría y distante, pero imposible de dejar, de olvidar, de abandonarnos...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Desposeciones



Tengo un sueño tan insomne,
un pasotismo que lucha tanto...
tengo un enemigo tal fiel, pero tan enemigo...
tengo una cueva que es tan cuarto...

Tengo una noche que solo piensa en la mañana
y una preocupación tan inconstante.
Tengo intención, deseos, ganas; pero no cojones
para olvidarte.

Tengo una sopa del 97 en la mente,
tengo recuerdos, ruidos, despertares...
Tengo un tuenti repleto de amigos
pero ya no queda imaginarios para imaginarse.

Tengo un santo que por mentiroso
se ba estiando siglos con sus flechas,
y tengo un romano gay con el que hablo a veces
y es rencoroso- ya ves- con los despechos.

Tengo hipocondria prematura, dudas, socavones,
insomnes muecas de la luna, burlas,
reflejos, desconsejos, artisteos, grises callejones.
Tengo un gato de charol tras el espejo.

Tengo mil formas de compadecerme, pero ninguna
maldita forma de despertar con ganas.
Tengo un Palacio que me dibuja un futuro
pero pesimismo por lo que arrastra el mañana.

Tengo frascuelos, mariitis, sol, sal y son y cristianismo.
Tengo dismorfofobia mental y tarimoflexos,
miradas, bares, plazas -incluso diría sexo-
pero tener a otros, colega, no es tenerse uno mismo


......... y eso.

El Despundio




La calle era un plazul inmenso de rincojos y motrillos rubeznos en la insomne llanura de los aristórquicos. Todo se llenaba de morfidias al abrir las abandonadas antroposodias que los ocupas dejaban al irruto paso de su prestaz abandono. Los escaparates exóridos reposaban en los charivos que salpicaban la acera como deformes cariátides picatescas en aquel caos ixírico de la tóprica morfidia, repetida en Doratel durante la fugaz retrea del 15 de febrero de 1955, durante veinte plocazos.
Dorian, itínelo, dismórfobo, jamático, bajaba la cinérea vía de Traboll para encontrarse con Melín tras la oculta mafolada del suberidio.
Retrocedía al fin la bruma de aquellos lejanos días jugando a muerte y peñol con el bribel de los primeros gritos jubilosos de los mórfidas callejeantes. Falantre había caído lenta y tetráneamente al inexorable paso del tiempo. Falántreos y égodas se refugiaban en la breleja de llantinas y escortajos de la Madre Égoda, tan defensora ella del falantre supremo.
Pero nada podía hacerse ya contra el brillante júbilo que anegaba las calles. Habían salido todos los solonos salusando su victoria. ..
Dorian sonreía etroando los britones al ver ya de lejos la silueta de Melín. Bifió escandalosamente la atrocada calle y sin poder irrutarse besó sin más a la muchacha aún desconcertada, que no lograba peribar lo acontecido la noche del despundio final.

sábado, 12 de noviembre de 2011

El Bar


Vendré…

pero previo a eso:
una manta enredada,
zapatos,
lluvia sobre los frisos blandos,
campanas al son de la lluvia.

Es temprano…

Mil pasos de aquí a la estatua,
el claustro,
ya a mis espaldas,
los viejos niños,
las voces acabadas en susurros,
las lágrimas tras látigos de lluvia,
tras la escalinata.

Vendré…

pero previo a eso:
tú te sentarás inquieto en la madera
oscura, la piedra de la mesa:
mármol y espanto.
Un libro que confunde orden
y páginas bajo tus ojos.
Un sombrero negro y un bolígrafo gastado,
un vaso rubio y tatuado de burbujas,
la espera, que espera arrancándote pestañas.

El confort de la lluvia tras la celosía,
un canto de rueda oxidada, manivela,
de molino…
Y tú, contando los pasos de la flecha,
el rolex que se atrasa en tus ojos,
que me devuelve.

Vendré…

Previo a eso:
tú,
tus ojos,
tu llamada.

Luís Eduardo Aute "Al Alba"

Si te dijera, amor mío,
que temo a la madrugada,
no sé qué estrellas son éstas
que hieren como amenazas
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.

Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba,
al alba, al alba.

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas,
comen las últimas flores,
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.

Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas,
no te destroza, amor mío,
esta silenciosa danza,
maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana.

68 de San Lorenzo



En el numero 68 de San Lorenzo, se adivinaba una gorda tras las amarillentas cortinitas de bolillos en la ventana de un segundo piso. Abajo discutían dos ancianos sombre el tiempo que haría el 16 de octubre de 2874. Olía a meada y a repartidor del Mercadona, a queso de los Pirineos y a braga asturiana. Eran las seis en medio de todos los relojes. La gorda buscaba su Black Berry en el sudado escote, una sujetador de women sicrets sujetaba sus enormes pechos. La casa estaba oscura, sucia y en una cazuela sobre el alféizar de la ventana flotaba una col de Bruselas y tres zanahorias. La casa olia a meada y a repartidor del Mercadona recién ido, a queso de Pirineos y a braga asturiana. Eran las seis y cinco en medio de casi todos los relojes.

En el numero 32 de la misma calle, Marina la lotera estaba siendo desvirgada por su primo el chapero. Una vespa de la década de los setenta reposaba sus oxidados huesos sobre una pared húmeda de piedra grisácea. En la cocina se oía el rítmico y nervioso taconeo de la abuela, mientras acariciaba un gato calvo que celebraba sus trece cumpleaños. La madre de Marina, Lola la Pescadera, se sacaba los restos de tripas de una lubina que había limpiado esa misma mañana de entre las uñas, su marido roncaba en una destartalada mecedora frente a la ventana mientras su hija gemía de angustia mientras su primo el chapero le clavaba sus treinta crueles centímetros en las entrañas. La tarde era normal y pestilente en San Lorenzo.
Ruidos de vasos sucios y vacíos en los bares, tos y gritos de los viejos, risas de niños, moscas echándose carreras de vuelo a toda hostia entre los cubos de basura orgánica.

En numero 6 había sido ocupado por unos rumanos hacía una semana. Solo se oían discusiones en un idioma muy extraño y golpes que no se sabía bien quien recibía. Un carrito de la compra había sido aparcado elegantemente frente a la puerta mientras los dos niños rumanos, 6 y 9 años respectivamente, habían descargado su contenido: 20 kilos de cartón de los contenedores de la calle vecina, dos euros cincuenta… para que nos entendamos.

El 33 de San Lorenzo era la oficina del Inem que recibía a diario una marea serpenteante de gente sin trabajo. El local de al lado el 32, era un puesto diminuto de lotería que vendia ilusión, una oficina que se convertiría en garaje, un jefe payaso, alcantarillas que daban al Atlántico, dunas de ensueño y vuelos a diez euros, parejas incluso… incluso para homosexuales.

En el 69 se encontraba un apartamento que se había transformado en sede de los populares populares, que con la victoria en el bolsillo (que ya de por si estaba lleno de mas cosas, en particular billetes violetas…) celebraban reuniones de esperanza azul, mientras una pareja de gays neozelandeses tramaban un atentado junto a una santera recién llegada de cuba que había ido esa mañana al Inem, sin éxito.

La plaza que estaba al final de esa calle, se dividía en zonas. Los que apestaban a queso de los Pirineos nunca pisaban la zona de las bragas asturianas, sin embargo se llevaban bien con la zona de los repartidores del Mercadona, pero a rabiar con los de la popular sede de los populares. La zona gay era de los neozelandeses y una lesbiana de Salamanca que venía los findes a ver a su abuela. Mercedes, Pepe, Antonio, Domingo, Chita la mona del pueblo, Lola la Pescadera, Martina la lotera que ya no era virgen, el chapero y el gato de la abuela de la lotera formaban la zona más importante de la plaza, la de los que olían a meada.

Mamá cuando venía paseaba con don Manuel, el cura. Hablaban casi siempre de la torre de Babel, luego daban un repasando a los jueces que precedieron la época real judía y terminaban en el Bora-Bora tomándose un café bombón, a veces un chupito de anís, echando de menos el mono don Manuel, mamá frotándose las manos, nerviosa…

La gorda del 68 de San Lorenzo, vecina por el lado derecho de la popular sede de los populares, lloraba todos los miércoles por la tarde… el repartidor había dejado de traerle la compra hacia un mes. En el numero 70, vecino por el lado izquierdo de la popular sede de los populares, los neozelandeses y la santera seguían con sus inofensivos proyectos. Llovía sobre las casas de colores, los perros se refugiaban en los portales, no había tiempo de besos furtivos, ni paraguas transparentes, ni de versos frente a las verandas, ni de recuerdos tristes, viejos, acabados…

Un chico flaco, mustio, sombrío, lluvioso, estudiante, listo, callado, fugaz, debilitado, vivido, enfermo, acabado… es decir yo, se dirigía al numero uno de San Lorenzo, atravesando todo aquel pantano de ensimismamiento e historias ajenas, irónicas y trágicas que una casualidad había enfrascado en aquellas casas. Los días de lluvia se oía un zumbido a televisión mal sintonizada, a freidora vieja y a orgasmo en la casa de Martina la lotera. Las estatuas de bronce preferían ponerse aun más verdes con la caricia de la lluvia. Yo caminaba como quien pretende ir a ninguna parte sabiendo que inexorablemente entrará en su casa, dejara los zapatos embarrados en la entrada, el abrigo mojado en la batería de la calefacción, entrará en el salón oscuro y no verá ningún arpa olvidada, saludará los libros en su letargo de memoria y se sentará en el sofá como diciendo qué coño…como intentando no pensar en nada sabiendo que al fin y al cabo piensa en ella… como queriendo olvidar mientras todos se precipita a su mente como recuerdo… volviendo a decir pero qué coño… mierda, hombre, mierda, coño, mierdaaaa!!!!

El sueño había empezado cuando lo dejamos. Sin discutir, echándonos un polvo a modo de despedida, sentados en el suelo comiendo galletas de chocolate que sabía a caducado. Siempre nos querríamos, sin duda, aunque nos refugiáramos en otros cuerpos intentando olvidar nuestros trágicas folladas de los primeros días, procurando nunca más volver a pensar en el otros, sabiendo que no volveríamos a llamarnos ni mandarnos privados por el tuenti… pero convencidos de que no nos olvidaríamos en la vida. El suelo estaba frío y las sabanas tiradas en el parquet, sucias, reflejaban la luz naranja que penetraba por la ventana. “Sabes que ya queda poco, no?” dijo ella sin ninguna culpa. “Podré avisarte cuando esté cerca?” dije“Ni se te ocurra tolete!” dijo ella con reproche. Y yo: “Pero si habíamos…” “No habíamos nada… acaso pretendes hacerlo más difícil?” “No, no, en absoluto. Pero es que solo será un momento… el no podrá pegarte… bueno si podrá pero tu no sentirás nada.” “Cállate coño! me estas agobiando con tanta suposición… y no me hables de él, que sin él no habría echo esto ni de coña… y menos contigo”

La habitación se había oscurecido por completo. La lluvia tamborileaba sobre el tejado. La calle se había callado repentinamente, solo el llanto de la gorda sacudía las paredes con helados escalofríos. El coche de los repartidores de Mercadona pasó a toda prisa por la estrecha calle, deben de ir borrachos, pensé sonriendo. Me desnudé mirando con sorna mi cuerpo delgado, demasiado delgado. Vi las marcas de su amor en mis huesos, el dolor de cabeza que siempre me acompañaba me recordó su cuerpo, la tos incesante olía a sus besos. La noche se cernía sobre nosotros… ella ahí en algún lugar de Portugal con Adolfo y yo ya solo… desposeído, sin reconocerme, hecho de amor, de amor por ella, de ella.
Ave Venus!
El pájaro inquieto de la tinta...

martes, 21 de junio de 2011

En Fin...




Se sentó en una destartalada silla frente a Neg (el gato). Blanco a manchas negras los dias pares, el resto negro con manchas blancas.

Repasó todo aquel jaleo de calles diminutas en su cabeza. Se oía algo parecido a musica, un ruido intenso con olor a gasolina. Un mugido de siglos entre timpano propio y ajeno. Un beso arrancado a mordisquitos. Unos ojos verdes como los de Neg, una cara, como la de los sueños, los olvidados.

Primero lo confundió con el rey prerepublicano, luego le fue cambiando los numeritos como si fuese un reloj o una quiniela: "trece, no, no, catorce... ¿dieciseis...? ah no, demonios, que ese era Luis" Las calles iban pasando lentas en un eter de sombras agrias y alcohol etilico. Tenia ganas de mear, de un rock and roll, de echar un polvo (esto es plagio, pensó en un momento dado). El paladar le sabia a cobre, ¿sería la muerte? ¿la propia? ¿la del caribeño? En fin... era la muerte... en fin... era TAN TAN TAN puñeteramente muerte que parecía mentira... en fin...

En segundo lugar, estaba borracho, ido, casi no veia nada, en esos momentos no seria capaz de distinguir La Meninas de las señoritas de Avignon. Eran las cuatro y media en todos los relojes. Jerez se rompía de pollos de plastico y, la laguna, seca como siempre, fría, romántica... Fue dificil buscar en su aturdida cabeza la definicion de biologia, asimilar los 25 años (tacos) que decia tener aquel chico, era un "enfín" magnífico, imposible, degradado en memoria, besos y miradas; era un "tan" con mayuscula y letra de congelador, un "tan" tan tan tan taaaaaan... que en fin...

le gustaba arrinconarlo, instintivo suponía, pero no era una presa, era un cielo, una nube, un mar, un todo, una nada de viernes diecisiete de junio y lagunero; una sombra del portal primero de la madrugada, un alma peregrina y vacia, eran las cinco en todos los relojes. Las viudas asomaban la cabeza de entre las nalgas de los lecheros. Los butaneros sonreían viciosos a los pies del mundo sibernetico de las cucarachas amarillas, luces de gris caballo (la luna travestida) trotaban mientras yo, devoraba con avidez... renacía.

Todo una vez más cobró sentido en una parada. Su vida era una eterna parada que esperaba autobuses (guaguas, omnibuses, como guste...)que contaba los minutos restantes para su llegada, pero ninguno era el suyo, no podía subir, iban muy lejos, iban a la nada, aquellos destinos no eran los suyos... Él se fue en un autobús más.

Y ahi, delante de Neg, cruzados los brazos sobre una tripa de abdominales flácidos, sufrió un poquito. Era agradable entregarse al sufrimiento, recordaba el amor, la espera... una esper inutil y un amor inexistente por otra parte, pero agradable, sin duda. Pensaba si algún dia sabría sus deseos, si el jueves querría verlo, si todo iria como siempre, o si la biología de aquel nuevo ciclo, de aquella tierra nueva, seria una ciencia distinta... una dimencion nueva... tal vez
Y sentirse absurdo era en entonces lo más normal del mundo, suspirar cansado de uno mismo, sentirse muy abajo y muy solo, muy allá en la frontera de viernes-sábado.

Neg maulló como un eco que interrumpe una lectura. Sus grandes ojos verdes miraban fijos, como si estuviesen al tanto de lo que pensaba su dueño. Dueño de un gato de ojos verdes. Piras de realidad en el trono del deseo. El jueves... mañana, "en fin",
aún no podía recordar a quien se parecía hablando, pero era agradable, casi tanto como sus abrazos en la parada.

martes, 29 de marzo de 2011

Regre-SOS

"Me fui menos mortal de lo que vengo
ustedes estuvieron/ yo no estuve
por eso en este cielo hay una nube
y es todo lo que tengo..."

Mario Benedetti
("Quiero creer que estoy volviendo")






A un trans-formista de la personalidad

A mi también me gustó vivirlo,
vivirlo porque...claro,
lo até tanto a mis vicios...
al sabor de las sábanas,
al roce en el oido,
a las sombras del sexo, sí
esas que ahora son sus sobras.

Y ahora ayúdame tú,
desprende
ese resario de soledad de mi cintura
esos nudos que fui haciendo,
esos nudos de ti
que ahora hacen fuerza de lo invisible,
que hacen son carnavalesco mi locura.

Ayúdame.
Poséeme.
Desata
todo este tiempo que me ha escalado entre las piernas;
suponte que eras tu el que gritaba,
el que no hallabas ese hilo entre las sombras;
el que desengañado, distraido
eras un vicio personificado del polvo blanco y el de la cama,
un Garcilazo que en verdad mendigo
un ahumado tulipán del flandes libre.
De ese imperio, sí,
del que te han echado
porque eras más oscuro
que un beso negro en mi boca.

lunes, 13 de septiembre de 2010

PETROMÁN de Antonio Martín


El autor de estos magníficos cuentos nos ofrece la oportunidad de ir a los parques y subirnos a los toboganes, a los columpios; ser confundidos entre los niños que también viven las horas en los carruseles y en los laberintos. Inevitablemente, escribir puede ser un acierto, un inesperado acierto en el que anhelamos introducirnos y alinear estrellas; dibujar entre las palabras soles con sonrisas gatunas, escribir el mar, recuperar el necesario aire para soñar.

Las horas del sábado son piedras. Las piedras hablan en un idioma que el escritor no entiende. Al salir del mercado tropieza con una. El golpe lo desequilibra. Siente que alguien lo coge de la mano. Se trata de una mujer. Después aparece un hombre, que le pone la mano en el hombro. El escritor no sabe si le ayudan, si lo quieren abatir. Otra mujer, otro hombre. Está rodeado de personas. El escritor mira el suelo. En el suelo ahora hay dos piedras. Dos, tres piedras. Unas piedras que son madres y, acaso, suyas.

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martes, 27 de julio de 2010

A veces...sólo...




Hay memoria flotante, inversa,
de tus salados pies, nocturnos como un testimonio.
Hay palabras simples decorando el cuarto
frente a tu tejado improvisado con musgos del mañana.
Estás haciendome esperar de nuevo otro silencio:
exodos de letras sobre mi roto pecho.

Inumanidad solitaria de mis cuerpos. Algún día
sentiré tus dedos en mi boca?
Habrá un sueño de grises vuelos sobre las palomas muertas?
Palomas de habitación cerrada y retratos
rotos en el suelo.Asfalto de tu nombre...
Me ahogaré en el musgo del río
naranjas amapolas, y una voz que haga sentir
como que estás al lado...

viernes, 23 de julio de 2010

"ELLOS"

Dijo que le recordaba a una mujer. Me pareció irónico. No sé si alguien más lo ha pensado, pero desde luego él fue el primero que me lo dijo.

Era una mezcla de todos. Una parte de alguien que no me venía a la cabeza, que no conseguía recordar. La atracción que ejercía sobre mí no era lo habitual, era un sentimiento diferente que desconozco. La verdad es que tenía una sonrisa bonita. Me daba risa... compartía mi complejo. Maia no se lo habría creido. Ella era un cisne, pantanoso, pero un cisne...

Le recordaba a EL, EL ya hacía tiempo que desaparecía sin dejar rastro alguno. Estaba ahí pero a la vez no estaba, nunca estuvo. Hay otro. Esa fue la frase. Cabrón dije al principio. Pero me parece tierno. Todo esto está tomando la forma triangular de mi cuarto.Un lago de bailarines desnudos sobre los cristales de la noche. Un descubrimiento impuro de una biografía. La paz infantil que llegaba después de una guerra, al comienzo de otra nueva, intemporal, cansina.

EL tal vez nos ha unido un poco, inconciente y distante, pero fue EL. Las historias unen. Destrozan. Se pasean descxalsas por las sombras de uno con huellas ajenas. Pero al fin y al cabo son historias... no? Eran más de las doce, regresaba antes de lo previsto. La pesadilla ya dormía en su realidad. La casa susurraba el silencio entre coches y grillos. Me acosté desnudo sobre aquellas sabanas arrugadas y blandas. Pensé en todos los "ELES" que habían pasado por mi vida. Los bailarines. El callado: Balanos. La tul me durmió en un aleteo repentino. Estaba libre. Volvía más ajeno que nunca a esa casa de nuevo, de nuevos, de imbéciles... pero estaba tranquilo. Eras tú.

Pero, quién me iba a decir que las 5:13 de hoy darían el paso definitivo. Grité al apagado teléfono. El fantasma volvió a sus sombras. Dormí. EL sueño había terminado. Tnorethram...

Poesía visual

sábado, 29 de mayo de 2010

Lava, jotas, rocas y dobles eles

Un relato al que debo 2 minutos de vergüenza....







Por fin ha muerto.
Pobre papá.
Hoy es jueves, lástima, los jueves está prohibido salir a la calle, mirarse al espejo, comer yogur de fresa y pan tostado, y ponerse el corsé de Miss Susan. Papá ha muerto,
se ha ido a un lugar mejor, seguro, a un lugar donde no le moleste esta niña rara, esta lunática con cuarenta años de historial, esta sombra que conococen en Boswell Street como Polly.
Nunca he sido feliz. Me he leido la definición de esa palabra, incluso me la he aprendido: "Estado de animo que se complace en la poseción de un bien. Satisfacción, gusto, etc..
" pero nunca he sido capaz de poner en práctica dichas palabras. Poseer... nunca he tenido nada. No, mentira, lo he tenido todo, pero no de la forma que me hubiese gustado. Tener
es una palabra comleja. Llegar a tener es todo un abismo.
Auqnue a decir verdad he tenido dos grandes sueños. Si me oyese papá seguramente que se pondría rojo como un tomate y me gritaría que tuviese más clase y que me comportase como lo que era,
¡qué imbecil que era papá! pensaba que con cuerenta años todo quedaba reducido a la nada. Bueno, lo que decía, que siempre he tenido dos grandes sueños. El primero empapelar la cocina y el salón
con las cubiertas de Cumbres Borrascosas y, el segundo, comprar aquellas serpientes y ponerlas en lugar de la televisión.

Me he decidido. Además hoy, sabado, es un buen día. Se pueden lavar los platos con agua caliente, puedo ponerme el perfume de mamá y vestir la falda que compré el otro día en el anticuario.
También el sabado es un buen día para olvidar. Qué son cuarenta años. Si, es un día estupendo para olvidarme de él, "mi padre".

Camino por la oscura calle donde está la librería de Ghorik. Es un callejón oscuro y misterioso, no recuerdo su nombre, pero siempre ha estado presente en mis interminables paseos.
Ghorik es un encanto, creo que es el único que me entiende. Ya sabe lo que vengo a buscar. Aunque el jueves no pude salir, llamé a la librería a eso de las once menos cuarto de la noche,
y lo pronuncié, por fin esas palabras ahogadas en incontables años de silencio afloraron como un grito que rompe un mudo: - Mil ejemplares de Cumbras Borrascosas, porfavor...

Miércoles catorce. Día de lavar la ropa, ver la Dolche Vita por millonesima vez, escuchar el Ilucionista de Dani Elfman y sacar a pasear a Puf. Comienzo empapelando el rinconcito de los sillones
y la chimenes. Todo el recividor está lleno de cajas de libros, abro una y doy comienzo inconscientemente a dos semanas que tardaría mucho tiempo en olvidar. Al día sigueinte, jueves de nuevo,
despierto con un poco menos de deseos reprimidos y bajo a toda prisa a ver el salón. Me siento en el sofá y las cientas de rosas marchitas sobre el fondo negro de las cubiertas,
por una vez me hacen feliz, sobre el empolvado nombre de Emily Brontë. Luego, enciendo la televisión que ya había puesto en otro sitio, y oigo algo que me perturba y me emosiona,
por fin veia mi prisión llegada a a su fin. Eyjafjakullajokull, aquella complicada bestia de silabas, piedra, jotas, lava, hielo, kas y dobles eles había roto su sueño.
Había arrojado enormes cantidades de cenizas y lava causando el terror... una vez más, como en 1783 su camarada el Laki. No sé si esta erupsión durará tanto como la de Laki.
Los medios no informan sobre cuánto tiempo segirá en este estado, por otra parte los problemas de las compañías aereas y sus millones evaporados por culpa de un inoportuno volcán
islandes no me importan lo más mínimo.

Los jueves, domingos y lunes nunca salgo a la calle, ni abro las ventanas, ni me miro en el espejo, ni lavo los platos con agua caliente, ni me perfumo... Pero no puedo evitar pensar que
hoy es un día diferente. Hoy la historia flota en el cielo, hoy no hemos podido, pese a toda nuestaros poderes de siglo XXI, oponernos a la furia de la naturaleza, y cunde el pánico.
Decido abrir la ventana, las ventanas, y seguir empapelando la casa hasta que lleguen las serpientes a eso de las cuatro y cuarto. Decido cambiar a Dani Elfman por Katie Perry.
Ponerme el vestido antiguo de mi abuela y los zapatos franceses del anticuario. Y cuando lleguen las serpientes ponerlas en su sitio y salir a la calle desierta, con su cielo de manta vieja,
con su aire a calma y normalidad recuperada. Ese cielo que tal vez pregona una segunda Revolución, aunque en este caso ajena a Francia, o tal vez solo da rienda suela a su incontenible
espíritu de niño jugetón y las consecuencias que esto acarrea.